Me senté frente a la casa Invisible para terminar de conversar con colegas músicos, recién salía de la reunión que había cambiado mi vida de alguna manera, donde me habían dado un poco de mi merecido, era siempre yo el que apuraba para alcanzar al límite máximo una conversación de negociación, aquí no hubo negociación, me habían dejado en esa charla toda la libertad de acción y con una fecha por delante tenía que moverme súper rápido para encontrar a la orquesta, terminar el repertorio y preparar la producción del primer The Blind Musical Experience.
Sucedieron muchas cosas en esos casi treinta días de preproducción. Mi emoción era tan grande, y no tenía miedo para nada. Sabía lo que tenía que hacer e iba a por ello, regresé todos los días al piano para darle forma al repertorio que iba a contar con cuatro canciones y una duración estimada de veinticinco minutos.
Comenzamos rápidamente con los ensayos, los hacíamos en el bunker, trabajando en toda la puesta en escena, las posiciones de cada músico en la sala, las entradas y salidas de cada parte de la música, teniendo que descartar la idea de improvisar ya que en las prácticas y en la sala no íbamos a contar con un sistema de iluminación suficiente, entonces había decidido solo utilizar pintura de fluorescente para mis manos y dirigir a los músicos en las partes principales y dejar los sitios de improvisación librados a cada artista. Tenía más sentido así.
Ahora que ha pasado el tiempo, estoy enseñando música con metodología propia que tiene basada la exploración del espacio (Rítmico/melódico) horizontal y vertical, con algunas características que utilizan las personas no videntes para hacer reconocimiento en un determinado lugar.
Una persona ciega cuando entra a un espacio nuevo en el que necesitara adaptarse hace un recorrido por el lugar, reconociendo cada límite ya sean paredes, columnas, desniveles, ubicando en una especie de mapa cerebral, cada objeto que se encuentre dentro, para ello el cerebro en este caso debe funcionar de una manera diferente e interesante. Creando marcas, y checkpoints en ese espacio en donde se memorizan estos elementos.
Necesitaba guías, que pudieran desenvolverse en la oscuridad, solución simple, necesitaba de superpersonas. Aunque existirán seguramente muchas personas sin dificultades para caminar en la oscuridad, estaba claro que lo más lógico era poder contar con personas que tuvieran ese don desarrollado.
No recuerdo como he dado con el director de los “Sin sentidos” un grupo de teatro de personas con capacidades especiales (bien dicho!). Seguramente le habré enviado un mensaje por facebook, me acerque un día al lugar donde solían ensayar, y tuve una gran experiencia conociendo a un grupo fenomenal de personas, sus coordinadores personas geniales que se comunicaban con dos actores con lengua de signos, pero como ellos no veían ni tampoco escuchaban, ni podían hablar, la comunicación se hacía sujetándose las manos.
En esa explicación los coordinadores le explicaban a los actores, que había venido de visita el director de un espectáculo que requería de su colaboración.
Por lo que se veía no es que estaban super emocionados! Lógico, para ellos iba a ser un día de trabajo, al que probablemente no estaban acostumbrados a una tarea tan específica.
Obtuvimos permisos del museo para poder realizar prácticas todas las semanas, en las que voluntarios hacían de público y practicábamos la operativa de acomodación de la audiencia, la señal para cuando la audiencia estaba lista para disfrutar del concierto eran tocar tres palmas, que la hacia el coordinador de los guias, de esa manera yo podía oír desde el escenario para dar comienzo al musical.
He aprendido en esa semanas, muchísimo! Entre visitas fallidas, entrevistas que no hablaban del espectáculo, ruedas de prensa en la que tuve que tocar el piano, ya que el pianista no había podido venir. Y otra rueda de prensa más del Fairsaturday, en la que sucedió algo muy especial.
Era la primera vez que visitaba una sala del ayuntamiento de esas características y con tanta prensa. El Presidente del evento se puso al micrófono para describir el evento en donde se presentaban diversas propuestas, entre ellas la mía.
Sucedió que cuando estaba comentando las propuestas se detuvo a mirar entre los que estábamos allí y dijo: –entre ellas hay una muy especial ¿Hay alguien aquí del The Blind Musical Experience?. A lo que levante mi mano – si, yo. Pues me parece una propuesta super interesante, felicitaciones!.
El orgullo que sentí en ese momento fue fantástico, nunca había vivido algo igual, todo parecía estar de maravilla. Y me encontraba contemplándolo con mucha alegría, y disfrutando cada momento.
Poder hacer realidad una idea y en tan poco tiempo, es felicidad pura, un estado de emoción y buena energía constante.
Momentos previos
Había una publicidad del espectáculo que se encontraba en varias pantallas ubicadas en puntos de la ciudad.
El día de la presentación en el que hicimos cuatro funciones, todo estaba listo. Se habían vendido bastantes entradas, aunque mi preocupación estaba dirigida al que show saliera bien.
Llegamos temprano para terminar de oscurecer la sala, esperar a todo el equipo, los coordinadores y los músicos.
Estaba por vivir la experiencia de ser el director de una orquesta de música en directo, y además en una sala oscurecida, totalmente a oscuras.
Todo estaba listo, me habían dado la señal con tres palmas.