Una de las más maravillosas situaciones que se pueden dar como artista, es que el arte que hayas creado exceda a tu misma existencia. Y eso es un concepto constante que a veces no está de más tener en cuenta, trascender con el arte es genial.
Cuando terminó la última de cuatro funciones, luego de haberme emocionado en cada una dirigiendo a los músicos, salí por la puerta trasera del museo, casi sin despedirme ni esperar comentarios de nadie acerca de nada, para mí había sido un sueño cumplido desde que vino a mi mente la idea de producir este espectáculo.
Esa noche, hasta una concejala me había felicitado, pero honestamente no recuerdo su cara. Ni la de las personas que la acompañaban, solo quería estar tranquilo disfrutando el finalizar de ese hermoso día.
Pasaron algunos días hasta volver a tomar contacto con el museo, entre reuniones y conocer personas nuevas que estarían incluidos en el proyecto para promoverlo, y producirlo, a su vez programando futuras reuniones con otros países, que al final no fueron.
Viajé a mi país a visitar una compañía de teatro que había sido inspiradora para mi, pude concertar cita, visitarlos y para mí “no sorpresa”, no estaba listo para esa reunión, al menos intenté hacerlo lo mejor posible. Tal vez mi subconsciente otra vez obrando dejó plasmado su intención sin consultarme como siempre, seguro al final se acordarían de mi.
En el mientras tanto, estaba trabajando en plantar bandera en Málaga con el espectáculo a ciegas, quería que
conversábamos que en una de esas podría convertirse “Must Do” turístico y contaba con el lugar ideal para ello, y aunque tenía una chance de sacarlo fuera, siempre que esta ciudad sea su cuna.
Como el Cirque du Soley
Lo que más anhelába era que en un futuro pudiera apuntar a una franquicia ya que todo tenía sentido. Poder ponerlo a funcionar en varios lugares a la vez. Compramos la marca y comenzamos a valorar las posibilidades.
No estaba listo
A veces el universo conspira, la vida te vuelve a mostrar que no hay que dejar de luchar ni prepararse, ni bajar la guardia, ¿Quién pudiera vivir de lo que a uno le gusta? se dice que si una persona encuentra lo que le apasiona y de ello hace dinero, no tendrá que trabajar nunca más en su vida y esto tiene que ver con que no puede ser sentido como laborioso algo que te apasiona hacer.
El plan en mi cabeza era bastante simple, trabajaría para establecer una plataforma con varias propuestas, que quedarían funcionando. E inmediatamente replicarlo en otros sitios del mundo.
La audiencia entraría a una sala totalmente oscurecida, guiados por personas capaces de desenvolverse en la oscuridad, hasta su butaca para disfrutar de conciertos musicales, y aprovechando el fortalecimiento de los demás sentidos, poder realizar un viaje de introspección y de disfrute.
Para enero de ese año ya se hablaba un virus y las posibilidades de entrar en una cuarentena por una epidemia, escéptico como siempre, cuando sucedió me cayó como un baldazo de agua fría.
Vaya Plandemia
Ahora ¿Quién iba a tener la valentía de meterse en una sala a oscuras con más personas?
El covid aún no me había abofeteado, no quería escuchar ni ver, creo que quise sostener la motivación pero en muy poco tiempo todo cambió. Las restricciones hasta la cuarentena y el no poder salir de casa, se hicieron presente y aunque había hecho mis deberes, simplemente lo que hacía muy poco tiempo atrás se sentía como mi destino, mi puerta de oro, mi escape del sistema, de repente se convirtió en algo imposible de llevar a cabo dadas las circunstancias.
No ahondaré en demasiadas cuestiones personales, pero el final de éste episodio, es casi trágico, para mí, la situación mundial fue diferente para cada habitante del planeta. Para mí, que solo era una persona más, la pandemia había destruido la posibilidad de llevar a cabo la realización de este producto. Mi mente no lo comprendió como algo pasajero, había mucha incertidumbre con el cambio que estaría por sufrir el mundo. Y entre otras razones en las que me vi inmiscuido, caí en una depresión desastrosa y angustiante.
Para ese entonces no había nada que hacer. Todo quedó pausado en standby para el año de la pandemia, y en encierro, luego de pasar por la depresión y sentirme un poco mejor. Comencé a estudiar con mayor profundidad el piano y el repertorio del concierto. Practicando con ejercicios de manera autodidacta. Al menos sabía que con el tiempo iba a poder ejecutar las piezas yo mismo sin necesidad de contratar a un pianista.
Mientras tanto, cuando todo estaba en tal estado, mis proyectos se convertían en productos y este sitio web comenzaba a posicionarse para lo referido a percusión en Málaga, asique paso a paso fui estudiando algo acerca de posicionamiento y comenzando a ver las propuestas en las que habíamos trabajado talque si fueran productos.
El más importante para mí era el “The Blind Musical Experience”.