En mi opinión, el desarrollo musical interno debe ser trabajado como una sala a oscuras, donde sabemos que hay muchísimo por descubrir y disfrutar, pero no sabemos ni qué cosas son, ni dónde están.
Para realizar el concierto de “The Blind Musical Experience”, los acomodadores (a veces, no siempre) son ciegos, y hasta a veces ciegos-sordo-mudos. Con ellos trabajamos un periodo de reconocimiento y adaptación en el área donde se encuentran las butacas, con el fin de establecer el plan para acomodar a la audiencia.
Cuando una persona ciega entra en un lugar que posteriormente frecuentará por algún motivo, como el nuestro, se toma un tiempo para establecer sus parámetros, dimensiones, o distancia a objetos de la sala. Gracias a ello, puede hacerse una idea de cómo desenvolverse en el recinto con seguridad. Todo esto lo pueden realizar gracias a su mente y a su imaginación, que crea patrones, puntos de partida y de conexión.
En cuanto al ritmo musical, éste se toma en medidas de espacio temporal. El pulso por minuto (BPM) establece la cantidad de pulsaciones dentro de ese minuto. Ahora bien, teniendo como referencia el ejemplo del trabajo de nuestros acomodadores, entremos en la imaginación como si fuera la primera vez, hagamos un reconocimiento, tomemos dimensiones y distancias para generar patrones, y así comprender este espacio temporal.
Uno de los ejercicios que solemos hacer en nuestros talleres de percusión, es el de establecer un parámetro de 15bmp, con un metrónomo. Luego, tocamos 8 notas por pulso y una vez logrado, comenzamos a trabajar el contragolpe de cada nota, haciendo hincapié en él, es decir, reforzando el “aire”.
Nuestro método, propone centrarse en el espacio entre notas, que contiene cada pulsación. Trabajaremos en patrones que contribuyan a genera la memoria, necesaria para comprender el interior del ritmo.
Uno de los ejercicios que últimamente me ha dado unos resultados muy interesantes con mis alumnos, es el del motor aural. Así lo hemos llamado para diferenciarlo de todo lo referente a la escucha literal. Sólo explicaré aquí la idea principal. ¡Aclaro! Que cualquier ejercicio acerca del motor aural se hace con la guía de un monitor o profesor.
En este momento, continúo desarrollando el método y hay unas cuestiones que están comenzando a aparecer y dándome la pauta de que este tema podría volverse muy extenso. Entonces, iré a la idea principal y en otra ocasión lo seguiré desarrollando aquí.
Que ¿Por qué no hago un video como todo el mundo hace?
Porque a la música debes ser capaz de verla y sentirla dentro tuyo, y la mejor manera de potenciar un concepto así es la escritura, sin gráficos, ni imágenes, ni videos.
Ya lo dijo Jorge Luis Borges, “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones del cuerpo…. Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”
Existen conceptos que son mejor verlos en vídeo, oírlos en música, leerlos en un libro de partituras, y está genial que podamos tener todo esto a nuestra disposición en internet. Pero lo que no hay que descuidar es el trabajar la imaginación y la creatividad, que es donde residen los mensajes de cada uno de nosotros. Dentro de nosotros se encuentra la música, el recorrido hacia esa conexión es lo que hace maravilloso este mundo.
La educación musical entonces, bajo mi punto de vista, es algo interno que se comparte o se pasa de profesor a alumno, pero sigue siendo un lenguaje. ¿Correcto?. Un lenguaje musical sirve para comunicar un mensaje musical y, en líneas generales, la educación a la que se nos tiene acostumbrados consiste en aprender música desde las escrituras, donde impresionantes genios dejaron plasmadas sus obras. Pero…
¿Qué pasa si las partituras, incluso teniendo la cantidad de indicaciones necesarias, no termina por incluir la intención del compositor? El contexto (Que es sumamente importante), la verdadera intención, la situación y otras cosas más que hicieron que ese mensaje musical naciera del alma del artista, por ejemplo.
Entonces, no descarto en absoluto estudiar y leer lo máximo que se pueda. Pero me da la sensación de que no se estudia con demasiada profundidad la música interior de cada uno.
Dicho esto:
Así como una persona no vidente debe establecer sus puntos de partida y distancias para saber desenvolverse en un ambiente, nosotros también debemos hacerlo en nuestro cerebro. Ya vimos en el párrafo anterior el ejercicio de crear un perímetro de práctica dentro de 15bmp.
Debemos trabajar la escucha interna musical para reconocer patrones (Vocabulario), saber dónde y de qué forma se ubican las notas en el espacio temporal en nuestro interior.
Para ello, hemos trabajado un concepto al que llamamos motor aural, y que, en unas pocas charlas serviría para hacer un reset a tu cerebro, y a tu alma musical, darle un bonito punto de partida.
El ejercicio con el motor aural consiste en conseguir encender un motor imaginario interno, gracias a la visualización de una rueda que nosotros podremos controlar como queramos, a nuestras anchas, ya que forma parte de nuestra imaginación. Esta rueda la podemos mover, alejar, acerca, o hacer girar como queramos, pero, sobre todo, podremos ponerle los engranajes en la forma que nos plazca.
Si la girásemos en sentido contrario a las agujas del reloj, sintiendo el paso de los engranajes en una frecuencia constante, podríamos asimilar la subdivisión de una manera diferente, sobre todo si al principio exageramos mucho el sonido interno que hace el motor. Estas pulsaciones que comenzarás a sentir deben caerte como una caterva de rayos, como si fueran señales fortísimas que hacen una revolución organizada dentro de ti. Esta frecuencia energética se origina con el pasar de los engranajes en la rueda.
Ahora bien, esta maquinaria infernal de subdivisiones que llevas dentro de ti debes trabajarla adecuadamente y dejar que tu interior se adecue a las pulsaciones, sobre todo el primer día de ejercicios. En poco tiempo, serás capaz de imaginar las ruedas de este motor con el patrón que te apetezca. Para eso se necesita a alguien que te guíe. Luego, todo lo mental desaparece y comienzas a sentir la música de un modo diferente.
Algunos datos de color,
1. Ha funcionado bien en todos mis alumnos, en distintos niveles. Lo he probado con bateristas amigos, y amigos sin experiencia o con poca experiencia musical, y la investigación está soltando resultados muy satisfactorios.
2. Una buena noticia es que luego de que sabes encender el motor aural para determinar las frecuencias, no es necesario pensar en ninguna rueda, sino que serás capaz de oír mejor la música y por ende, disfrutarla mogollón.
3. Debe ser tomado como un estado de meditación, lo que significa que tu cuerpo, para estos ejercicios, debe estar relajado. La revolución es interna, y aunque puedes estar de pie, pero lo ideal es reservar todo el movimiento del cuerpo, ya que lo vas a necesitar para tocar tu instrumento, para bailar y dejarte llevar.