En Andalucía el flamenco es ley, en la sala de ensayo, a la que llamo "El Bunker" o el G-Bunker (G es de groove) donde he pasado innumerables momentos de estudio, y mucho tiempo en mi batería, a veces, me encuentro con colegas y amigos músicos que entienden el flamenco, he tenido la oportunidad de vez en cuando de aprender algunos palos y practicar algunas claves, pero sobre todo como llevar el tiempo del flamenco, es una sensación especial y agradable, sumado a esto los cantes y las palmas.
El “cantaor”, más el “zapateao” de los bailarines, termina por conformar un tablado donde se imprimen mensajes musicales de añoranza, nostalgia y amor entre otros temas.
Desde mi punto de vista, el flamenco va más allá de eso. Tiene que ver con el sufrimiento de una comunidad, de un arte con unas características fuertísimas que se han pasado de generación en generación.
Viviendo en esta región es difícil no percatarse de lo arraigado que está el arte del flamenco en Andalucía, y aunque mi idea no se identificaba en casi nada con ello, tenía que hacerla funcionar de alguna manera.
Quería improvisar música a oscuras con un sistema de señas, en donde cada artista pudiera poner lo suyo a una composición coordinada y a tiempo real.
Si conseguía que se interesaran músicos locales, seguro saldrían cosas interesantísimas!
Lo siguiente era buscar un lugar dónde hacerlo.
En el paseo por el centro histórico, escapando del temblor del edificio, pensaba…
Que en realidad si quería producir un musical, debía poder contar con una historia, no podía ser solo improvisación! Porque sencillamente no tendría sentido y debía ser cuidadoso en este aspecto si iba a ofrecer al público una experiencia así.
Me acordé del Teatro Ciego de Argentina, un lugar genial dónde se efectúan obras teatrales a ciegas con diferentes temáticas, algunos de los artistas suelen ser no videntes.
Y me conecté con la idea de un espectáculo musical a ciegas dónde los diálogos fueran dados por los instrumentos, así si tendría sentido tener momentos de improvisación entre medio de cada tema.
Las composiciones debían ser sencillas y agradables, con muy poca tensión, y por sobre todo, debían poder llevar el hilo de una historia, para la audiencia ser capaces de conectarla con sensaciones propias, emociones, recuerdos y añoranzas.
Llevar a cabo algo así iba a ser un reto, pero sentía seguridad, y confianza.
Comencé a estudiar las posibilidades y también si hubiera alguien que lo hubiera hecho de esta forma con anterioridad, no encontré nada tan específicamente parecido, asique era momento de seguir adelante.
Pues, no. En Málaga no estaba pensando como lugar ideal para un espectáculo de estas características, pero a la vez me ilusionaba poder ser el primero en montarlo, como optimista, siempre pensé que si uno se esfuerza lo suficiente, puede conseguir lo que sea!!
Asique me hacía muchísima ilusión y estaba motivado, solo que ahora mismo necesitaba el lugar adecuado.
Con nuestro grupo de percusión nos encontrábamos en la “Casa Invisible”, ensayábamos y dábamos talleres de percusión, pero no era el lugar indicado para algo así.
El mejor consejo que había recibido por parte de la gente a la que consulté era concurrir a la sala del Museo Interactivo de la Música en Málaga, asique envié un correo al que contestaron cordialmente muy bien!! Y a la primera!
Con mi golpe de buena suerte! En octubre, Me entrevisté con el Director del Museo con quien tuve una conversación muy interesante acerca de los comienzos del museo y las razones de por qué fue creado. Le comenté acerca del proyecto y casi de inmediato me propuso incluirlo en el Fairsaturday 2019, el 30 de noviembre.
Tenía parte del repertorio compuesto, y algunos músicos apalabrados, menos de dos meses para tener el espectáculo listo.
Uno de los ingredientes que intento incluir en los proyectos es la conexión, ya sea con el público como entre músicos.
Una manera interesante es utilizar el lenguaje de señas con el que improvisábamos los shows con “La Percu”, aquí en Málaga, solo que en este caso debía encontrar la manera de poder dirigir la orquesta en la oscuridad y sin que el público pudiera ver.
Los ensambles orquestales con señas son interesantísimos, un director coordina las entradas y salidas de los diferentes músicos que improvisan, asignando funciones específicas o señalando dinámicas, y acentuaciones, entre otras cosas.
Muchas veces, no vemos las oportunidades por no tener avanzados otros aspectos.
Luego de trabajar en varios proyectos, que fueron quedando en el tiempo, justo en ese momento estaba preparado para aprovechar esta chance.
Para ese entonces, ya tenía escrito casi todo el repertorio, era momento de poner en marcha la producción.
Se dice que el éxito es una sumatoria de fracasos, y estoy de acuerdo, además cada nuevo intento luego de un evento fallido, tiene la corrección del fallo anterior, eso es aprender! Lo que no hay que perder es la pasión con la que se intenta.